Entrevista: Resilencia cromatica. Sororidad y arte
Tengo el placer de empezar el mes de mayo con un encuentro muy especial. Gracias a Nerea Ortega he podido acercarme a este bonito e importante proyecto formado por muchas mujeres, Resiliencia Cromática. Pintando el alma. Para lxs que no lo conocéis Resiliencia Cromática es una iniciativa mediante la cual el baile se convierte en arte pintado con el movimiento y la sensaciones que emanan de las bailarinas.
Pero Nerea lo explica mucho mejor, así que aquí va todo lo que me ha contado sobre esta iniciativa.
Me gustaría empezar dando a conocer esta iniciativa, ¿cómo surge el proyecto Resiliencia Cromática?
Para hablar del principio del proyecto y de cómo surgió la idea hay que tirar un pelín hacia atrás… unos tres años ya, y la idea surgió a partir de muchas conversaciones sobre poder enseñarle al mundo aquello qué sentimos las mujeres a través de la danza, buscando así elempoderamiento de las mismas para transmitirle a todas aquellas personas que desde la distancia están observando, ya que muchas veces, ese contenido pierde significado difuminado por la técnica y estética del mismo, dejando a un lado todas aquellas sensaciones que la bailarina profesa y muestra fervientemente en cada uno de los trazos y dibujos de la danza.
En la búsqueda de cómo pintar el alma, cómo empoderarse y dejar una marca a través del recuerdo, fue así que surgió la idea de concebir la danza como un gran lienzo en blanco; un sinfín de posibilidades en las que la bailarina iría desnudándose a través de los colores que siente dependiendo del lugar, la melodía y su estado emocional.
Así fue como, hace ya un año, seis mujeres que han dedicado parte de su vida a diferentes disciplinas de la danza decidieron formar parte de estas sesiones pintándose el alma.
¿Quién o quiénes forman parte de él?
Si hablamos de las mujeres que han participado activamente en el proyecto te diré que todo empezó entre Ingrid Canturri, fotógrafa amateur de Tarragona y yo, mientras la idea maduraba, se apuntó sin dudarlo Maria José Traviesa, una de las musas del proyecto.
Las demás mujeres son Sandra, Ángela, Chantal e Irene, antiguas compañeras de diferentes disciplinas artísticas a las que me he dedicado. Y la tercera fotógrafa amateur es Anna V.
Si a lo que nos referimos es a las entidades que han apoyado el proyecto desde el inicio o se han ido sumando aportando su granito de arena son: Associació Dhides, Assexora’tgn,l’Hora Violeta, Oficina Jove del Tarragonès, Sexeducando y El placer es mío.
¿Cuál es el objetivo que perseguís?
El objetivo, como comentamos al principio, es empoderar a las mujeres para transmitir y exponer al mundo la resiliencia de sus vidas a través del arte.
¿Por qué nombrasteis a este proyecto de esta manera, es decir, por qué Resiliencia?
Pues fue Íngrid, la que después de meses y meses dándole vueltas encontró la combinación de conceptos idónea. Resiliencia cromática, pintando el alma.
Resiliencia por el proceso revelador de cada mujer al superar y empoderarse en un mundo hostil dónde todavía hay mucho que hacer por la igualdad de género.
Y Resiliencia cromática acompañada por: Pintando el alma, ya que realmente es el proceso que se ha intentado llevar a cabo a nivel emocional con todas las participantes.
¿Cómo fue el proceso creativo?
Una aventura, sobre todo eso.
Después de tener la predisposición de todas las artistas que han participado, empezamos por buscar las localizaciones que consideramos apropiadas para poder llevarlo a cabo (y los permisos pertinentes) y programamos durante más de un año las sesiones que hicimos.
Después la parte menos artística; postproducción, crowdfunding, contacto con entidades y preparación de exposiciones.
¿Fue fácil mezclar la danza con la pintura?
La idea surge de diferentes danzas tribales que mezclan la pintura para enaltecer ciertas virtudes, valores etc. por lo tanto es algo que, evidentemente, no hemos inventado, pero si es verdad que intentamos poder relacionarlo con la parte emocional de cada persona con el objetivo de intentar trabajar ciertos aspectos importantes que, a veces, cuesta encontrar la manera de abordarlos.
Tras hacer un crowfunding y alcanzar el objetivo económico, llegó el gran momento de mostrar el trabajo a través de exposiciones, ¿cómo ha sido todo ese camino y cuáles han sido las impresiones tras las exposiciones?
La verdad que con el automecenaje nos quedamos asombradas de la participación activa de la gente con el proyecto y estábamos animadísimas y fueron unos meses bastante intensos de preparación para darle la forma definitiva y presentarlo a diferentes entidades. Tenemos que decir que la acogida ha sido buenísima por la mayoría de asociaciones, entidades… a las que hemos acudido, presentado o se han interesado, aunque siempre haya algún que otro desengaño, no nos ha impedido conseguir y sobrepasar positivamente las expectativas iniciales.
Y las reacciones y respuestas personales han sido todas fantásticas, estamos agradecidísimas de todas las personas que han ido a las exposiciones y a las que se han puesto en contacto con nosotras después para explicarnos sus impresiones.
¿Cómo os ha repercutido personalmente este proyecto?
Introducir este proyecto en nuestro día a día ha supuesto resolver un reto que nunca nos habíamos planteado de una forma tan singular; nunca hubiésemos imaginado que expresar a través de la pintura y el movimiento corporal llegaría a suponer un proceso de resiliencia para trabajar esas inquietudes, miedos y dificultades que verbalmente nos cuesta reconocer y resolver.
Después de las sesiones tanto detrás como delante de un enfoque fotográfico ha supuesto un estado de ansia para volver a realizarlo e inquietud por descubrir el resultado de esta expresión artística.
Capturar y dejarse capturar, pintarse el cuerpo y el alma, redescubrir y dejarse llevar… dejamos un poquito de nosotras y nos llevamos otro poco de cada sesión que realizamos, gracias a eso seguimos proponiéndonos nuevos retos y objetivos que esperamos, no muy tarde, poder ir alcanzando.
¿Y ahora? ¿Habrá una segunda parte? ¿Nuevos proyectos?
Pues por ahora mismo no lo tenemos en mente, pero es un proyecto que nos ha aportado mucho a nivel personal y nunca cerramos la puerta a nuevas ideas, otras perspectivas o una continuación a un proyecto que ha dado tanto de sí.
¿Creéis que una iniciativa como la vuestra puede trasladarse a otros ámbitos del arte o de la vida?
Jejeje, es una pregunta interesantísima que esperamos con el tiempo poder dar una respuesta más completa, pero sí, creemos que es extrapolable a otros ámbitos.
Si queréis conocer todavía mejor el proyecto, queréis dar vuestra opinión, sugerencia o adquirir alguna de las fotografías podéis poneros en contacto con ellas en elplaceresmio.tng@gmail.com y por supuesto nos encantará saber qué os parece, así que ¡animaros a comentar!
También las encontraréis en Facebook, Twitter e Instagram.