SABOTAJE!
Me encanta la palabra sabotaje. Desde pequeño me gustaba, no sabía bien que significaba. Pero recuerdo que inventé un juego que se llamaba así, consistía básicamente en hacerle creer a alguno de los compañeros del juego ((normalmente al más nazi) que dirigía el cotarro). Pero al resto de compañeros, que debíamos hacerle creer que seguiríamos sus reglas hasta el momento en el que se me ocurría decir sabotaje. En ese momento pasaríamos de el. Muchos dirían, menuda locura de niño descarriado. Eso es lo que he sido siempre. Un niño descarriado. Un saboteador en toda regla y sin darme cuenta.
Según la Rae sabotaje tiene dos significados. El primero de ellos es el daño o deterioro que en las instalaciones, productos, etc. , se hace como procedimiento de lucha contra los patronos, contra el Estado o contra las fuerzas de ocupación en conflictos sociales o políticos.Y la segunda para la oposición u obstrucción disimulada contra proyectos, órdenes, decisiones, ideas, etc.
Me encanta, me fascina, me pone cachondo creer que desde pequeños algunos somos saboteadores. Desde el sexo, el genero, la sexualidad, la ambigüedad, en la política etc...
La palabra viene del francés. Es una palabra que suena a extranjera, con un sonido duro, rudo, desagradable sonoramente. Así como el significado para la mayoría de la población. Es una ruptura con lo establecido, con lo correcto, una llamada de atención para que el cambio prosiga desde los márgenes de los márgenes. Que como si fuese un insulto una palabra malsonante. A sabotear sea dicho!
Desde pequeño, la palabra sabotaje (mmmm) me ha recordado al mundo de los piratas. Un símbolo con el que siempre me he sentido identificado.La piratería es una práctica de saqueo organizado o bandolerismo marítimo, probablemente tan antigua como la navegación misma. Consiste en que una embarcación privada o una estatal amotinada ataca a otra en aguas internacionales o en lugares no sometidos a la jurisdicción de ningún Estado, con el propósito de robar su carga, exigir rescate por los pasajeros, convertirlos en esclavos.... Les acojono, sin darme cuenta, les invado. muchas veces los convierto en esclavos, del miedo a mis respuestas. ¡Imbéciles!¡Muerdo con ganas!
Tambíen recuerdo una pelicula Arnold Schwarzenegger, con este mismo título. El si que lo hace, con ese cuerpo masculinizado hasta el extremo de monstruizarlo.
Siento, que deberíamos de sabotear más. En los colegios, en los hospitales, en la calle, en las fiestas. Saboteemos todo y más. Seamos piratas!